Los incidentes ocurren involuntariamente, tanto en la vida personal como en la laboral, existe la posibilidad de causar un daño o perjuicio a terceros, pero si tenemos el respaldo de una buena compañía aseguradora, siempre será más sencillo reparar el daño causado.
La sociedad en la que vivimos nos hace responsables del daño o perjuicio causado a un tercero, como a las personas que dependen de nosotros (hijos, asalariados…), excluyendo los actos voluntarios que ocasionen responsabilidades civiles, no así las actuaciones culposas en donde únicamente media nuestra negligencia o imprudencia.